El programa Dreamliner de Boeing intenta reducir el consumo de combustible para hacer la aviación un poco más ecológica. Su secreto, los materiales con los que está construido y los motores de la firma Rolls Royce. Ahora, este avión "verde" acaba de completar su primer vuelo comercial entre las ciudades de Tokio y Hong Kong, entre Japón y China.
Desde la prehistoria el hombre ya deseaba volar. La mitología antigua ya mostraba seres y personajes que conseguían remontar el vuelo y alzarse por encima de las cabezas del resto de seres humanos, como el caso del griego Ícaro. Incluso el gran Leonardo da Vinci diseñó una especie de avión, muy lejos de las actuales aeronaves de transporte de viajeros, pero que marcaría una carrera por desarrollar un aparato fiable que volase por sus propios medios. Muchos otros como François de Rozier, Otto Lilienthal o Clèment Ader también pusieron su granito de arena en esta carrera. Sin embargo, seguro que muy pocos de ellos llegaron a pensar que sus invenciones, en el futuro supusieran un problema medioambiental.
Y es que en la actualidad, en todo el mundo, despegan y aterrizan alrededor de 100.000 vuelos con el consiguiente gasto energético y, en consecuencia, con la contaminanción atmosférica que generan. Y no solo por culpa del CO2 que emiten sus motores, sino también a nivel acústico con problemas sobre la población que habita cerca de los aeropuertos.
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